domingo, 29 de agosto de 2010

Cortando el césped

Un día se estropeó nuestra cortadora de césped (eléctrica). Mi mujer me colmaba la paciencia dándome a entender que yo debería arreglarla. Por mi parte, siempre acababa teniendo otras cosas mas importantes que hacer, tipo: lavar el coche, hacer un informe, en fin, lo que para mi parecía más importante. Un día ella encontró un muy sutil modo de convencerme: Cuando llegué a casa, me la encontré agachada en el césped, que estaba muy alto, recortándolo con su tijerita de costura. Eso me llegó al alma, me emocioné y decidí entrar en la casa y volví después de unos minutos, llevándole su cepillo de dientes .Se lo entregué, y se me ocurrió decirle: "Cuando termines con el césped, podrías también barrer el patio"
Después de aquello, no me acuerdo de nada. Estoy en blanco. Los médicos dicen que volveré a andar, pero que cojearé el resto de mi vida!!!

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